En pocos días se cumple el primer trimestre desde la entrada en vigor del Mecanismo de Ajuste en Frontera de Carbono (CBAM), que subraya la ambición de la Unión Europea – ratificada con el Pacto Verde – por alcanzar la neutralidad climática para el año 2050. Para garantizar su cumplimiento, las empresas deben estar al tanto de sus responsabilidades bajo la nueva regulación.
De esta manera, los legisladores de la UE buscan promover una producción industrial más limpia, tanto dentro como fuera de las fronteras de Europa. Solo en 2023, las emisiones de CO2 a la atmósfera han superado los 40.900 millones de toneladas, según los datos del informe anual publicado por Global Carbon Project, en el marco de la COP28.
El cambio climático es un problema global para el que se necesitan soluciones reales. Prueba de ello es la ambición y el compromiso que la Unión Europea demuestra con sus políticas para luchar contra él.
¿Con qué objetivo se implanta el CBAM?
Esta medida regulatoria tiene como objetivo crear un campo de juego nivelado, aplicando el mismo precio a los productos importados a la UE con una huella de carbono que a los productos nacionales. Así se podrá controlar el riesgo de la llamada “fuga de carbono”, algo que ocurre cuando las empresas con sede en la UE trasladan su producción intensiva al extranjero. Normalmente a aquellos países donde las políticas climáticas son menos estrictas.
Aunque la entrada en vigor definitiva está fijada para 2026, desde el pasado mes de octubre se ha comenzado a implantar una fase transitoria, que afectará a los productos con mayor riesgo de fuga de carbono.
El CBAM evaluará las emisiones que se liberan en la producción de mercancías e igualará el precio del carbono de los productos europeos y los importados. Esta normativa se aplica a los productos con un alto riesgo de fugas de carbono, por ejemplo, el cemento, hierro, acero, aluminio, fertilizantes, hidrógeno y electricidad.
La Unión Europea ya ha anunciado que la cobertura se podrá extender a otros productos tras finalizar la fase de transición para 2030.
¿Cuándo entra en vigor?
El calendario que fija la Unión Europea para la implantación del Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono distingue dos periodos:
Fase de transición
Durante este periodo intermedio, que abarca desde octubre de 2023 hasta finales de 2025, los importadores deberán recopilar los datos de las emisiones directas e indirectas de CO2 en sus productos importados a la UE. Más tarde, entregarán un informe trimestral con la información referida al régimen aduanero.
A partir del 1 de enero de 2025, los Estados miembros de la Unión Europea podrán otorgar el estado de “declarante autorizado de CBAM”, algo que los importadores y representantes aduaneros indirectos deben solicitar para poder presentar los informes pertinentes.
Tras este periodo de transición, la UE realizará una evaluación, a la que plantea incluir todos los productos sujetos al Sistema de Comercio de Emisiones (ETS).
Entrada en vigor definitiva
Las medidas regulatorias serán efectivas a partir de enero de 2026. A partir de este momento solo se aceptarán informes basados en la metodología de la UE, de aquellos que posean el certificado CBAM. De esta manera, los importadores deberán declarar anualmente los bienes importados en la UE durante el año anterior, así como los gases contaminantes incorporados en los mismos. Para controlar estas emisiones, las industrias afectadas estarán obligadas a comprar los certificados de carbono al precio establecido por el Sistema de Comercio de Emisiones, acabando así con la asignación gratuita previa.
La introducción gradual del CBAM permitirá una transición proporcionada y cuidadosa para las empresas de la UE, exteriores y autoridades públicas. Sin embargo, se excluyen de la aplicación de este mecanismo las mercancías que tengan como origen los países de Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, así como Ceuta y Melilla.
La pandemia del Covid-19, el Brexit, la tensión comercial entre Estados Unidos y China, el conflicto de Rusia con Ucrania y, últimamente, la guerra de Israel y Gaza han provocado importantes modificaciones en las operativas del comercio internacional. Todo ello ha generado la necesidad de establecer nuevas normativas para controlar las mercancías que entren en la Unión Europea.
El CBAM supone un paso más hacia la sostenibilidad y la neutralidad climática que poco a poco se va implantando en Europa.