La transformación digital ha cambiado profundamente la forma en la que operan las empresas en todos los sectores. La velocidad de internet, el tráfico de datos y el uso de tecnologías informáticas facilitan u obstaculizan el avance digital. Durante la pandemia, el uso de estas tecnologías provocó un aumento en el tráfico de datos.
El tráfico per cápita promedio de banda ancha móvil en los países ricos superó más de 20 veces al de los países de ingreso bajo, y el de banda ancha fija, más de 1700 veces, según un informe del Grupo Banco Mundial Avances y tendencias digitales 2023.
En lo que atañe a la logística y el transporte, un sector que tradicionalmente se ha caracterizado por procesos manuales, la adopción de tecnologías digitales ha permitido a las empresas mejorar la eficiencia, la precisión y la capacidad de respuesta ante las fluctuaciones del mercado.
Sin embargo, el camino hacia la transformación digital está lleno de desafíos y aprendizajes. ¿Cuáles son las principales lecciones aprendidas y las mejores prácticas que las empresas logísticas pueden adoptar para asegurar una transición efectiva hacia un modelo digital? Estas son algunas de las más importantes:
La importancia de la planificación estratégica
Una de las lecciones más relevantes de la transformación digital en la logística es la necesidad de una planificación estratégica. No se trata solo de adoptar tecnología por el mero hecho de modernizarse, sino de integrarla de manera que responda a los objetivos del negocio.
Las empresas deben identificar primero las áreas donde la tecnología puede generarles un mayor impacto, ya sea optimizando la gestión de inventarios, mejorando la trazabilidad, o incrementando la eficiencia en la última milla.
Por ejemplo, muchas empresas han invertido en soluciones de gestión de transporte (TMS) o en plataformas de visibilidad en tiempo real sin tener una estrategia clara sobre cómo estas herramientas encajan en su flujo de trabajo actual. Como resultado, se ha producido una falta de integración y un retorno de la inversión (ROI) limitado.
Adaptación cultural y gestión del cambio
La transformación digital no es solo un cambio tecnológico, sino también un cambio cultural. A menudo, las empresas subestiman la resistencia al cambio que puede surgir entre sus empleados. En logística, donde muchos profesionales han estado utilizando los mismos procesos manuales durante décadas, la transición a herramientas digitales puede generar incertidumbre y reticencia.
Una lección crucial es que la gestión del cambio debe ser parte integral del proceso de transformación digital. Esto implica no solo formar a los empleados en el uso de nuevas tecnologías, sino también fomentar una cultura que abrace el cambio.
La escalabilidad como prioridad
A medida que las empresas logísticas digitalizan sus operaciones, es esencial que las soluciones tecnológicas que adopten sean escalables. La logística es un sector dinámico, en el que las fluctuaciones en la demanda pueden variar drásticamente debido a factores como las temporadas o los cambios en el comportamiento del consumidor.
Un error común es invertir en tecnologías que solo resuelven problemas inmediatos, sin considerar cómo se ajustarán a largo plazo. Las soluciones basadas en la nube, por ejemplo, han demostrado ser una herramienta valiosa en este sentido, ya que permiten a las empresas escalar fácilmente sus operaciones sin necesidad de inversiones significativas en infraestructura física.
El poder de los datos y la analítica
Uno de los mayores beneficios de la digitalización en la logística es el acceso a grandes volúmenes de datos. Desde el seguimiento en tiempo real de envíos hasta la optimización de rutas, los datos proporcionan una visión estratégica. Sin embargo, la clave está en cómo se utilizan esos datos.
Las empresas que han sabido aprovechar la analítica avanzada han visto mejoras significativas en la eficiencia operativa. Por ejemplo, el análisis predictivo puede ayudar a anticipar problemas potenciales en la cadena de suministro, permitiendo a las empresas actuar de manera proactiva. Asimismo, el análisis de datos en tiempo real permite una toma de decisiones más ágil y precisa, lo que se traduce en una mayor capacidad para responder a las exigencias del mercado.
Colaboración en el ecosistema logístico
En un entorno donde la cadena de suministro es cada vez más interdependiente, la colaboración entre actores logísticos se ha convertido en un elemento clave para el éxito de la transformación digital. La digitalización permite una mayor transparencia y visibilidad, facilitando la cooperación entre transportistas, proveedores, operadores de almacenes y clientes.
Un enfoque colaborativo en la digitalización también ha impulsado la creación de estándares comunes, como los eCMR (documentos electrónicos de transporte), que simplifican los procesos y mejoran la eficiencia a nivel global. Esta interoperabilidad entre sistemas ha permitido que las empresas logísticas puedan conectarse y compartir información en tiempo real, lo que genera un ecosistema más ágil y eficiente.
La seguridad digital como pilar fundamental
La seguridad cibernética se ha convertido en una prioridad crítica. Con el aumento de la digitalización, también ha crecido la vulnerabilidad a ciberataques. Los datos sensibles sobre envíos, rutas y proveedores están en riesgo si no se implementan las medidas de seguridad adecuadas.
Las mejores prácticas en este ámbito incluyen la implementación de protocolos de ciberseguridad robustos, la realización de auditorías periódicas de seguridad y la educación continua de los empleados sobre las amenazas digitales.
En definitiva, las lecciones aprendidas y las mejores prácticas descritas aquí ofrecen una hoja de ruta clara para aquellas organizaciones que buscan aprovechar al máximo las ventajas de la digitalización.
Además, la experiencia en ambiciosos proyectos de transformación digital en In Side Logistics, reafirma que el salto a la Logística 4.0 no depende de hacer grandes inversiones en tecnología, sino de tener el conocimiento y la experiencia para integrar toda esa innovación en una misma estrategia, escogiendo los dispositivos más adecuados para la migración y analizando el ROI de cada decisión que se toma en el seno de una operativa logística.